miércoles, 28 de julio de 2010

TRIATLÓ DE LA VILA







El pasado 18 de julio se celebró la Triathló Sprint de la Vila en Barcelona y siguiendo los pasos de nuestro compañero Paco Arias, aficionado al ciclismo y que de tanto en tanto suele dejarse ver en alguna que otra duatlon, decidí participar en ella.

Para los que estamos acostumbrados a correr en cursas de fondo, te sientes un poco desubicado. Antes de empezar la prueba, hay que entrar en boxes y dejar todo el material preparado para intentar perder luego el menor tiempo posible en las transiciones.

La triatlón se inició con la natación como primera prueba, 750 metros bordeando el espigón que hay enfrente de las torres en el puerto olímpico. Las salidas se dan en grupos según los tiempos acreditados previamente, algo similar a los cajones en las cursas más multitudinarias, donde los más rápidos salen delante.

Para los que no estamos acostumbrados a nadar, es la parte que da más respeto y decidí salir en la cola del grupo para evitar golpes y gracias a que cada vez me fuy quedando más atrás, a la vuelta por el otro lado del espigón pude esquivar las medusas que había y que picaron a más de un participante.

Después de completar los 750 metros en poco más de 26 minutos y con el grupo que salía 10 minutos más tarde pisándome los talones, corrí hacia los boxes para montarme en la bicicleta. Hay que destacar que no puedes subirte a ella hasta que no abandonas este espacio. Los jueces se encargan de controlar este hecho así como de asegurarse que cada uno sale con el casco bien atado y de no ser así te penalizan con tiempo.

El circuito de bicicleta transcurría por la zona de la Vila Olímpica, dando tres vueltas de poco más de 6 km para volver a los boxes con los 20 km de que consta la prueba. El trazado era bastante rápido exceptuando un cambio de sentido y un par de giros en que habías de hechar mano al freno, uno de ellos en García Faria un tanto peligroso por el mal estado del asfalto, lo que provocó numerosos pinchazos.

De vuelta en los boxes aparcábamos la bicicleta para calzarnos las bambas. Se comenta que la transición de bicicleta a correr es lo más duro. En mi caso no se si fue que ya me notaba cansado, la fascitis…o las dos cosas!! Realmente costó encontrar el ritmo si bien eran tan solo 5 km llanos que se hacían con relativa facilidad, destacando el último medio km donde la gran afluencia de público animando, nos hizo acusar menos el esfuerzo.

En resumen, día caluroso, muy buen ambiente con un total de casi 2000 participantes y una experiencia que vale la pena repetir.

Próxima cita: Triathló Sprint el 25 de septiembre en Salou coincidiendo con la jornada de descanso de la liga por si alguien más se anima!!